El arte del cipote en la pared
- Miguelitor
- hace 1 día
- 2 Min. de lectura
¡Hola, fotógrafos!
Vamos al grano. Aquí tenemos una pared vieja, desconchada, con una obra maestra de la creatividad humana: un cipote pintado con spray negro. Sencillo, directo, sin adornos. Un dibujo que, a su manera, dice mucho sobre la naturaleza humana y nuestra necesidad de dejar marcas, aunque sean tan absurdas como esta.

El cipote como huella del paso humano
Hay algo casi universal en estas representaciones. No importa dónde estés, siempre encontrarás una pared con algo como esto: un cipote dibujado de manera infantil, como si la persona que lo pintó volviera al patio del colegio en un arrebato de inmadurez.
¿Quién lo dibujó? ¿Por qué? No lo sabemos, pero algo está claro: hay algo profundamente humano en esta necesidad de dejar una marca, aunque sea tan tonta como esta. Y si lo pensamos, este cipote es casi una firma, un "yo estuve aquí" hecho con la mínima expresión artística.
La pared como lienzo del absurdo
Más allá del cipote, la pared en sí cuenta su propia historia:
El desconchón en la pintura: La superficie está desgastada, con trozos de pintura que se han caído, dejando al descubierto capas de tiempo. Es una pared que ha visto años, tal vez décadas, y que ahora sirve de lienzo para el humor más básico.
La franja inferior oscura: Este detalle añade contraste a la escena. Parece que alguien intentó darle un toque de orden o mantenimiento en algún momento, pero el tiempo y el cipote se encargaron de devolverle el caos.
El vacío alrededor del dibujo: Todo el espacio vacío que rodea al cipote le da protagonismo. Es como si la pared entera estuviera enmarcando esta "obra".
Lo que me sugiere esta fotografía
Aunque parezca mentira, esta imagen tiene su encanto. Me sugiere:
La necesidad de expresarse: Por absurda que sea, esta es una forma de expresión. Es una marca humana, una prueba de que alguien estuvo ahí y decidió dejar algo, aunque fuera una polla como una olla.
El contraste entre lo humano y lo decadente: La pared vieja y desgastada, combinada con el dibujo, nos habla del paso del tiempo y de cómo las personas seguimos dejando nuestras huellas, incluso en lugares olvidados.
El humor en lo cotidiano: Este dibujo, aunque infantil, tiene algo gracioso. Nos recuerda que, aunque el mundo esté lleno de seriedad, el humor más simple sigue encontrando su lugar.
La fotografía como herramienta para encontrar lo extraordinario
Lo que más me gusta de esta escena es cómo algo tan simple como un cipote en una pared puede convertirse en una fotografía interesante. La textura de la pared, el contraste del negro sobre el blanco, el vacío alrededor… Todo esto convierte un dibujo absurdo en una imagen que invita a reflexionar (o al menos a sonreír).
¿Y tú?¿Qué te sugiere esta fotografía? ¿Te hace pensar en algo? ¿Te parece graciosa, absurda o simplemente humana? Déjame tus reflexiones en los comentarios. ¡Me encantaría leerte! 😊
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