Ideas grandes pero cámaras pequeñas
- Miguelitor
- 9 abr
- 3 Min. de lectura
Hola, fotógrafo.
Hoy vengo con un tema que puede que te pique un poco, pero tranquilo, que es con cariño. ¿Cuántas veces has escuchado lo de "qué pedazo de cámara llevas"? ¿O cuántas veces has caído tú mismo en esa obsesión por tener la cámara más nueva, los objetivos más caros y la última tecnología?
Bueno, pues te voy a soltar una verdad incómoda: una cámara grande no hace grandes fotos.

La obsesión por el equipo
Estoy en Madrid de vacaciones hasta el 29 de abril y, entre caña y caña, estoy quedando con un montón de fotógrafos. ¿Sabes cuál es el tema recurrente? Cámaras y más cámaras. Objetivos de última generación. Equipos que cuestan un riñón y pesan como una mochila de ladrillos.
Y claro, mi pregunta siempre es la misma: ¿qué vas a ganar con eso?
¿Un poco más de resolución? Perfecto, si lo que buscas es resolución. ¿Pero qué pasa si tu objetivo no es fotografiar bodas, productos o macro? ¿Qué pasa si solo estás haciendo fotos por hobby, por el placer de salir a la calle y capturar algo que te llame la atención?
Ahí es cuando estas cámaras se vuelven, literalmente, muy pesadas. No solo para tu espalda, sino para tu creatividad. Porque te centras tanto en el equipo que te olvidas de lo más importante: la idea.
La fotografía no es apretar un botón
Ayer hablaba en otra entrada de que lo más importante de la fotografía no es que tus imágenes sean bonitas. Claro, una foto bonita está bien, pero ¿qué más? ¿Qué historia cuenta? ¿Qué emoción transmite?
La fotografía no se trata de disparar. No se trata de apretar un botón. Se trata de crear, pensar y dar tu opinión con una imagen.
Y aquí viene mi frase polémica: fotos grandes pero ideas pequeñas.
Puedes tener la mejor cámara del mundo, pero si no tienes una idea detrás, tu foto será una más entre millones. Es como decir: "Qué bonito atardecer", pero sin aportar nada nuevo.
Cambia entonces la frase.
Ideas grandes pero cámaras pequeñas
Un ejemplo: Chema Madoz
Mira, no voy a poner de ejemplo a Chema Madoz porque juega en otra liga (y los mortales no podemos competir con eso). Pero te aseguro que a este hombre le das una cámara de juguete y sigue haciendo magia. ¿Por qué? Porque parte de una idea.
Madoz no necesita resolución, ni un objetivo de 3.000 euros. Lo que necesita es su creatividad. Y eso, amigo, no lo compras en una tienda.
¿Qué necesitas de verdad?
Ojo, no estoy diciendo que las cámaras caras sean malas. Si eres fotógrafo de bodas, haces producto o trabajas en macro, la resolución puede ser crucial. Ahí no tengo nada que objetar.
Pero si no te dedicas a eso, ¿qué sentido tiene cargar con un equipo que solo te da una foto más grande, pero no mejor? Porque claro, si la foto es regular, da igual que sea en 4K o 8K. Sigue siendo regular.
Mi consejo: Un cuaderno y un boli
En Hong Kong, muchos de mis alumnos me piden consejo sobre qué cámara comprar. Y ¿sabes qué les digo? Que se compren un cuaderno. Un cuaderno y un boli.
¿Por qué? Porque lo que realmente necesitas es pensar. Apunta tus ideas, reflexiona sobre lo que quieres decir con tus fotos. Aprende a mirar antes de disparar. Porque una buena idea vale más que cualquier cámara.
Grandes ideas, cámaras pequeñas
Así que aquí va mi reflexión final. Si tienes una cámara grande pero no tienes una idea, no estás haciendo fotografía. Solo estás disparando como un soldado.
La fotografía no está en el equipo, está en el cerebro. En lo que quieres contar. En lo que quieres que otros vean a través de tus ojos.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Eres de los que priorizan el equipo o las ideas? Me encantaría saber tu opinión. Déjamelo en los comentarios. 😊
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